EL ARTICULO

CUESTIONANDO EL FILTRADO EN UN ACUARIO DE ARRECIFE

Por: Carlos Tentor Auñón

Acuarista del Zoo-Aquarium de la Casa de Campo de Madrid

 

   Hace no demasiados años era impensable mantener corales en acuarios caseros más allá de unos pocos meses o incluso semanas.  Los acuaristas alemanes fueron los pioneros en el estudio del mantenimiento de estos invertebrados marinos allá por los años 70 y principios de los 80, y fueron los que hoy en día conocemos como “acuarios arrecife”.

En los últimos años estamos experimentando una auténtica explosión en cuanto a nuevas técnicas de filtración y depuración del agua que se van sumando y sumando en torno a este tipo de acuarios: los fervientes seguidores de incorporar todo tipo de sistemas revolucionarios (“escuela americana”) parecen defender la idea de que “nunca es suficiente”.

Creo perjudicial para nuestra afición esta idea que muchos profesionales infunden a los aficionados:  parece ser que sin toda esta cara tecnología es imposible mantener un acuario de arrecife: filtros seco-húmedos, skimmers de proteínas, ozonizadores, reactores de oxígeno, filtros de lecho fluido, filtros anti-fosfatos, reactores de CO2, filtros U.V., reactores de Ca, filtros desnitrificadores, osmosis inversa, etc, todo parece ser imprescindible para el correcto funcionamiento del acuario.  No es de extrañar que el aficionado de nivel medio se piense muy mucho instalar este tipo de acuarios en su hogar. No quiero decir que todos estos sistemas no sean efectivos para conseguir una buena calidad de agua, simplemente creo que no siempre son necesarios y a veces pueden sustituirse por sistemas más “naturales”; además muchas veces su uso incorrecto es igual que si no lo tuviéramos.

Muchos me tacharán de “obsoleto” o “anti-progresista”, pero de hecho, la tendencia de muchos expertos mundiales de acuarios de arrecife (seguidores de la “escuela europea”) es la de simplificar al máximo el sistema de filtración, no instalando una enorme cantidad de aparatos, sino buscando el más apropiado y en la medida justa; es decir, no se trata de cantidad, sino de calidad.  El extremo de esta tendencia lo encontramos en el sistema “natural” o sistema Jaubert, el cual, aunque necesita más años de estudio y experimentación parece filtrarse como método excelente para conseguir un acuario de arrecife sano y equilibrado.

¿Qué pasa con los filtros biológicos?

Como ya sabemos, la filtración biológica es el proceso llevado a cabo por ciertas bacterias y otros organismos mediante el cual los desechos orgánicos son transformados básicamente en nitratos (NO3), fosfatos (PO4), ciertos ácidos, colorantes, y otros nutrientes, los cuales se van acumulando inexorablemente en el agua.  El resultado es el enriquecimiento excesivo del agua con estos nutrientes (agua eutrófica), además de mantener una actividad anormalmente alta de bacterias en el acuario. Todos sabemos que los niveles de estos nutrientes (y, por lo tanto, de fito y zooplancton) en un arrecife son extremadamente bajos, son aguas casi estériles (aguas oligotróficas). Una calidad alta o considerada como “normal” en acuarios de NO3 y PO4 resulta nociva para los invertebrados y, además, fomenta el rápido crecimiento de algas indeseables. Por ello, muchos acuaristas definen los filtros biológicos como “máquinas de fabricar nutrientes”.

Hay que decir que la degradación biológica no solo tiene lugar en el propio filtro biológico, sino que cualquier material poroso dentro del acuario son zonas potenciales para que esta se realice.  De ahí que cada vez más expertos enfaticen el importante papel que juegan las rocas vivas en un acuario de arrecife, ya que funcionan como auténticos depuradores naturales.  Debido a la estructura porosa de estas rocas, el contenido en oxígeno va descendiendo gradualmente desde la superficie externa de éstas hasta los poros más internos, por lo que se crean zonas tanto aeróbicas como  anaerobias. Esto significa que van a realizar tanto la nitrificación como la desnitrificación de forma natural.  Las rocas vivas pues, se consideran hoy día como fundamentales para un buen equilibrio del acuario de arrecife.

Hace ya unos años experimentamos un auténtico fanatismo del uso de los filtros biológicos seco-húmedos con sistema de “ducha” a través del sustrato donde tiene lugar la degradación biológica. De hecho, se difundía la idea de que era imposible mantener corales sin instalar este tipo de filtración. Este sistema, hay que decirlo, es extremadamente efectivo  como filtro y permite una mayor y más rápida degradación biológica al existir mayor oxigenación del medio; pero siguiendo el mismo principio, también hay un acúmulo de nutrientes nocivos para los corales, incluso mayor en este caso.  Este tipo de instalaciones son excelentes para acuarios con gran cantidad de peces, sin invertebrados, y por lo tanto, donde hay una gran producción de desechos orgánicos diaria a degradar. Podemos añadir dos grandes inconvenientes a este sistema: la enorme evaporación de agua diaria y la alta pérdida de calor debido a la gran superficie de agua expuesta al aire atmosférico durante la “ducha”.

¿Y los filtros de lecho fluido tan admirados últimamente? Bien, resultan igualmente excelentes como degradadores biológicos y aquí evitamos los dos inconvenientes expuestos del seco-húmedo; pero en realidad se trata de la misma teoría de “potenciar” la degradación biológica en el mínimo espacio posible.

En cuanto a los clásicos filtros biológicos de placa, bajo grava, parece probado que nos son nada recomendables en un acuario de arrecife. Los procesos físico-químicos aquí parecen ser muy cambiantes e incontrolables, además de favorecer claramente el desarrollo excesivo de algas cianofíceas.

Quería realizar un apunte llegados a este punto que sé no va a gustar a muchos acuaristas, y menos a comerciantes:  los expertos recomiendan el uso de arena de coral gruesa como material más adecuado para la filtración biológica tanto en mojado como en seco-humedo. Su superficie contiene mucha más área de colonización bacteriana que los materiales plásticos (en forma de bolas, cubos, estrellas...) diseñados para este sistema de filtraje; esto es una opinión, sino un dato científico demostrado –ver bibliografía (2, 4, 5 y 8).

La única ventaja de estos elementos plásticos es que no permiten la acumulación progresiva de detritus y no es necesario lavarlos cada cierto tiempo, es decir, son “autolavables”.

Así pues, parece ser que esta demostrado que los acuarios de arrecife con filtros biológicos como único o principal sistema no van bien a largo plazo debido al acúmulo de nutrientes. Sólo se aconseja su utilización como sistema auxiliar de una forma moderada.

¡ El Skimmer de proteínas, fundamental !

Prácticamente todos los expertos coinciden en que el sistema más efectivo para mantener un acuario de arrecife saludable es sin lugar a dudas el skimmer de proteínas y se aconseja como sistema único o principal.

La enorme ventaja del skimmer de proteínas es que podemos retirar los desechos orgánicos del agua antes de que sufran una degradación bacteriana y se formen NO3 y PO4 entre otros nutrientes. Se trata pues de atacar el problema de raíz, evitando la eutrofización del agua por acumulación de estos componentes.

Es cierto que el skimmer de proteínas también retira sustancias esenciales para el buen estado de los corales, como elementos traza, pero es difícil determinar cuales son realmente y en que cantidad son retiradas.  Aún así no llega a causar daños carenciales importantes en los invertebrados si efectuamos los consabidos cambios parciales periódicos y añadimos soluciones comerciales de elementos traza habitualmente.  Según algunos autores, estas carencias no serían evidentes hasta después de más de un año de funcionamiento sin realizar ningún tipo de cambio de agua ni adición de elementos. Por supuesto, las ventajas de este sistema son mucho más grandes que los supuestos inconvenientes.

Para un correcto funcionamiento del skimmer de proteínas es necesario realizar limpiezas periódicas, no solo del maloliente líquido de desecho concentrado, sino también de todas las estructuras que componen el filtro.  Un skimmer sucio realizará una labor muy por debajo del rendimiento normal.  Un buen skimmer de proteínas, con tamaño acorde al volumen del tanque, retirará hasta el 80% de las impurezas orgánicas creadas diariamente en un tanque.

La experiencia demuestra que los acuarios de arrecife con un buen skimmer y poblados con una gran cantidad de roca viva (y por supuesto, sin un número excesivo de peces), mantienen los niveles de NO3 y PO4 en límites más que adecuados sin utilizar ningún tipo de filtro desnitrificador o anti-fosfatos (ni realizando cambios brutales de agua, es de imaginar).

¿Necesitamos filtración mecánica?

Con la filtración mecánica conseguimos retirar partículas sólidas pequeñas o grandes del agua (aunque no la materia orgánica disuelta). El tema es que si estos filtros no se limpian con una gran frecuencia lo único que conseguiremos será concentrar estos desechos, y lo que nos interesa es eliminarlos del agua antes de que empiecen a degradarse. Por ello un filtro mecánico sin limpiar se convertirá realmente en un filtro biológico a las pocas semanas. Tendremos que marcarnos una rutina de limpieza de 2 veces por semana como norma ideal.

La ozonización del agua

El ozono es utilizado en acuarios por su gran poder oxidante. Este gas convierte las moléculas orgánicas en amoníaco y pasan el nitrito (NO2) a nitrato (NO3). Con esto evitamos la acción bacteriana y la producción de productos tóxicos que tiene lugar en esta descomposición, pero no la acumulación de nutrientes finales.

También con la ozonización podemos conseguir elevar el potencial redox, pero no todos los expertos coinciden en que esto sea imprescindible para la buena salud de los corales. Lo cierto es que podemos ver acuarios de arrecife saludables con ozonización y potencial redox de 450 milivoltios, pero también vemos invertebrados en perfectas condiciones, incluso multiplicándose, sin ozono y niveles de potencial redox de 200-250 mv. No hay que olvidar que el ozono directo es extremadamente peligroso y su uso incorrecto podría quemar literalmente nuestros corales.

No se puede negar, sin embargo, que los acuarios con este sistema muestran un agua cristalina y, además, se limita claramente el desarrollo de algas indeseables.

La gran importancia de la corriente acuática

Un arrecife coralino está azotado constantemente por fuertes y cambiantes corrientes de agua; a veces nos preguntamos cómo pueden soportar ciertos corales de aguas superficiales tal “violencia” marina. Lo cierto es que esta corriente es necesaria para muchos corales, ya que sólo así pueden realizar adecuadamente los intercambios gaseosos, desprenderse de las sustancias de desecho o incluso de las zooxantelas y “piel” sobrantes, según los casos, para conseguir el alimento.

No estamos hablando de filtros, sino simplemente de movimiento de agua, el cual conseguiremos con cabezales sumergibles dispuestos en diferentes puntos del acuario. Lo mejor es crear una corriente circular que cambie de sentido cada 6 horas, lo que podemos conseguir mediante un simple programador, haciendo funcionar la mitad de ellas en un sentido durante 6 horas y la otra mitad, en sentido contrario las siguientes horas. Lo malo es que para esto, evidentemente, tendremos que doblar el número de cabezales y el gasto económico. Algunos expertos aconsejan un rendimiento de flujo de agua de hasta 10 veces el volumen del acuario por hora. Personalmente pienso que, para acuarios caseros, la mitad sería suficientemente.

La hidrodinámica es un factor que últimamente se está relevando como de vital importancia para el correcto mantenimiento de los corales, y muchos invertebrados (aunque no todos) no evolucionan bien sin un fuerte movimiento de agua, a pesar de que la calidad del agua sea excelente.

La ósmosis inversa

Un punto esencial para obtener un acuario de arrecife sano es la óptima calidad del agua dulce que utilizamos para realizar la mezcla de sales sintéticos o para reemplazar el agua evaporada del acuario. El agua del grifo puede contener niveles excesivos de nitrato, fosfatos, silicatos, sulfatos, etc. aunque se considere agua potable e inocua para el ser humano. Algunos acuarios de arrecife no consiguen mantener un agua con niveles bajos de nutrientes a pesar de contar con un excelente sistema de depuración por utilizar agua de grifo de mala calidad. En estos casos, con cada cambio parcial de agua, en lugar de mejorar el estado del agua, se empeora al incorporar nuevos nutrientes. Por supuesto, cada localidad presenta una calidad de agua diferente; sería interesante pedir un análisis detallado del agua al organismo competente de cada localidad, pero recuerde que ésta puede variar notablemente incluso de una estación a otra el año.

Aparte de estos nutrientes, el agua del grifo puede contener otras sustancias nocivas como cloraminas, cobre, zinc, aluminio, etc., que pueden ir acumulándose peligrosamente en nuestro acuario.

Para paliar este problema podemos utilizar agua destilada o desionizada, pero a la larga será un método bastante caro. Además debemos elegir una absoluta garantía (las más caras), ya que a veces pueden contener ciertos niveles de traza de cobre y otras impurezas según el método utilizado por los laboratorios. Lo mejor es optar por el uso de un equipo de ósmosis inversa, que no tiene que ser de gran rendimiento para un uso casero, y que amortizaremos en poco tiempo; así nos aseguraremos de no partir de un agua rica en nutrientes y sustancias nocivas ni de incorporar éstas en cada cambio parcial de agua.

Conclusiones

Resulta evidente que lo fundamental en un acuario de arrecife es evitar la acumulación de nutrientes en el agua. El skimmer de proteínas será un excelente sistema para atacar este problema de raíz, máxime si incorporamos un prefiltraje mecánico; eso sí, realizando limpiezas rutinarias periódicas, sobre todo del filtro mecánico. Así podemos eliminar un 80% de la materia orgánica que se genera; el resto será degradado biológicamente con un filtro biológico tradicional (no de placa). Creo que es errónea o cuando menos innecesaria la tendencia a potenciar al máximo esta degradación biológica, ya sea aumentando el volumen del filtro, multiplicando la superficie de colonización bacteriana del material filtrante, o creando ambientes saturados de oxígeno, para este tipo de acuarios en concreto. Esto resultaría excelente para acuarios sin invertebrados y con una gran población de peces. Como ya he dicho, la incorporación de gran cantidad de roca viva ayudará enormemente a mantener los niveles de nutrientes bajos; para algunos expertos éstas serían suficientes para degradar la materia orgánica que no pueda eliminar el skimmer de proteínas con una población baja de peces.

Aunque nuestro sistema de depuración y filtración sea excelente, podemos tener problemas si no utilizamos el agua dulce adecuada para mezclar con las sales sintéticas. Sería una opción muy acertada usar un equipo de osmosis inversa; si queremos seguridad absoluta, a la larga será lo mejor. Esto se hace imprescindible en algunas localidades donde el agua del grifo contiene grandes cantidades de nutrientes y/o metales disueltos.

Por último, decir que no debemos olvidar las normas básicas de acuariofilia. La superpoblación de peces y la sobrealimentación deben evitarse a toda costa. Recordar también que nada puede sustituir al TIEMPO para conseguir el perfecto equilibrio en un acuario, y debemos tener paciencia y caminar paso a paso durante los primeros meses de rodaje del acuario. Un acuario de arrecife no alcanzará su equilibrio natural hasta, al menos, un año de montaje. Ya sabéis que la paciencia y la experiencia son las mejores armas de los acuariófilos.